miércoles, 15 de julio de 2009

El cubo de Rubik, ¿te atreves a resolverlo?

Tengo claro que es difícil encontrar a alguna persona que no conozca el famosísimo cubo de Rubik.

Este invento es una portentosa herramienta de entretenimiento, que sigue teniendo sus adeptos, a pesar del enorme bombardeo de consolas cada vez más evolucionadas y juegos de PC.

¿Alguna vez ha jugado con él? ¿ha dedicado el tiempo suficiente, y la paciencia, para resolver una cara? ¿Quizás algo más? ¿El cubo completo? Aunque utiliza un mecanismo sencillo y puede parecer poco complicado lo cierto es que existen nada menos que 43.252.003.274.489.856.000 posiciones diferentes. Aunque parezca mentira se comercializa como un juguete, ¡joder con el juguete!


En mi infancia me regalaron un cubo. Me causó una profunda frustración ya que era incapaz de resolverlo. Pensaba que con perseverancia y dedicación lo conseguiría.

Comencé resolviendo una cara. No era complicado así que continué complicándolo un poco. El siguiente paso era dejar el primer nivel del cubo (o corona) colocado, para ello a veces tenía que descolocar alguna piezas que tenía colocadas en la cara inicial. Con el paso del tiempo era capaz de hacer los dos pasos a la vez, minimizando el tiempo de resolución.

El siguiente paso era un gran avance cualitativo a mis capacidades (tendría como 8 años), por lo que lo dejé y no volví a acordarme de él hasta hace algo menos de un año, pero cerca de 25 años después de abandonarlo.

Me compré un cubo y según lo abrí del embalaje lo deshice y me prometí aprender a resolverlo. Primero simplemente conseguirlo y después hacerlo en un tiempo razonable.

Dicho y hecho, bueno la verdad es que fue un poco más costoso y complicado, pero al final lo conseguí. El siguiente paso natural era resolverlo más rápidamente. ¿Hasta cuánto más? Bueno, pasé de los casi 10 minutos de la primera vez a los escasos 1 minuto, 12 segundos y 44 centésimas.


Puede parecer mucho o poco, depende del observador. Comparado con el record del mundo (7 segundos) es una “castaña”, pero si hago una demostración a alguien que no sepa resolverlo, o que sea capaz de hacerlo pero lentamente, se quedan asombrados.

Si queréis podéis probar a superar mi tiempo y comprenderéis el valor relativo que puede tener esta “hazaña”. Máxime si utilizo un algoritmo muy poco óptimo, pero muy “sencillo” de memorizar: http://www.microsiervos.com/docs/rubik.pdf

Mi flamante cubo está seriamente dañado de los movimientos bruscos a los que fue sometido, tuve que desmontarlo para engrasarlo, de manera que los engranajes no rozaran para seguir mejorando mis tiempos.


Aún así ahora mismo sirve para entrenar pero no para hacer un buen tiempo, tengo que comprarme uno de competición, lo que se denomina “speedcubing”, donde lo montas y ajustas la dureza (de los muelles) a tu gusto.

Para los más valientes existen además cubos de 4x4x4, de 5x5x5 ó 6x6x6. Además existen variantes con formas no homogéneas. Por si fuera poco existen emuladores de cubos en 4 dimensiones o más, y encima ¡hay gente que los resuelve! Asombroso.

Vamos a dónde quieran los que escriben en la revista

En el número anterior se lanzaba una pregunta: ¿A dónde va Red Ubuntu? Y la respuesta es sencilla: a dónde quieran los que escriben. La revista es de ellos, de todos los trabajadores, es un lugar donde pueden escribir sobre lo que quieran, en cualquier momento ¡y sin censura!

Respecto a si Juan Carlos es nuestro líder, yo al menos no lo creo y estoy convencido que todos somos compañeros y cada uno va creando su propio camino. Es necesario que existan muchas personas emprendedoras y concienciadas, para poner en marcha proyectos de cambio en cualquier ámbito de la vida.


Al hilo de ese artículo, me centraré en la participación. Estamos involucrados en proyectos de todo tipo, como por ejemplo ADECOD. Por si todavía queda algún despistado que no lo sabe, es una asociación que busca recuperar un modelo similar, aunque mejorado, al que teníamos de las Entidades Colaboradoras.

Para ello destinamos mucho tiempo y esfuerzo para llevarlo a buen puerto. Parece mentira que nos hayamos olvidado, y hablo de casi todos, tan pronto de los beneficios que aportaba la colaboradora.

Supongo que coincidiréis conmigo que este proyecto busca el bien común. A pesar de ello, parece ser que no todo el mundo opina lo mismo. Salvo un caso anecdótico, no encontramos entre los asociados miembros de la dirección, de las jefaturas y ni tan siquiera de la parte social. Debe ser que no lo hemos publicitado suficientemente.

Por cierto, algunos piensan que ADECOD asume sus funciones. Los afectados que piensen así, pueden pasarse a recoger todo el trabajo que tenemos pendiente ,eso sí, comprometiéndose públicamente a llevar a cabo todas las iniciativas que tenemos entre manos (sobre la entidad colaboradora y muchos otros temas). A continuación disolveremos gustosamente la asociación y dejaremos de destinar una ingente cantidad de horas de nuestro tiempo personal, ya que no disponemos de horas de trabajo destinadas para ello. Mucho me temo que tendremos que seguir todavía un poco de tiempo más.

Otro ejemplo que tenemos es el proyecto que se desarrolló en el departamento de Pasaportes. Se trataba de un proyecto dividido en varios grupos de trabajo. Se demostró la eficacia del método de trabajo, donde todos obteníamos beneficios.

En mi caso satisfacción personal por el duro trabajo realizado, pero algunos insinúan que hemos obtenido otros beneficios. Eso se llama difamación.

Unos grupos de trabajo estimaban mejoras en el entorno laboral, mejorando los procedimientos existentes o creándolos, mediante la aportación de los operarios y consensuándolo con la jefatura y la dirección del departamento.

Otro grupo buscaba crear un procedimiento para extraer las necesidades formativas de cada puesto de trabajo, tomando el ejemplo del taller de Pasaportes y consensuándolo también. Adjuntamos el informe resultante de éste último en el mismo correo que esta revista.


Aquí también, algunos alegaron que asumíamos funciones que no eran las nuestras y sí las suyas. Tenían razón, pero una vez cancelado no hicieron NADA, ni la dirección ni la parte social. Y si alguno no lo entiende lo pondré más claro: La dirección es la PRINCIPAL CULPABLE de nuestros problemas porque tienen la potestad y la obligación de solucionarlos. A la parte social le queda la labor de presionarles para solucionarlos.

Si este es el ejemplo de Juan Antonio, sobre nuevas modalidades de participación, yo no las quiero. Están basadas en no trabajar y no dejar hacerlo a los demás. Quizás sea por luchas de cuota de poder o quién sabe.

Lo único importante es que tienen que trabajar y no lo hacen. Y algunos lo seguiremos denunciando, a pesar que no nos quieran dirigir la palabra por ese hecho.

Y por último otro proyecto que busca el bien común es el recogido en el informe que adjuntamos con esta revista. Versa sobre las modificaciones a realizar, para subsanar, las deficiencias en la carrera profesional y el sistema de cobertura de vacantes. Veremos si esta participación se gestiona un poco mejor.

¿Qué son las listas abiertas?

Ya que estamos en un país democrático, deberíamos conocer algunos modelos utilizados para la elección de representantes de los ciudadanos a cualquier nivel (político, sindical, etc.). En este caso voy a explicar someramente el concepto de listas abiertas.

Es un modelo proporcional de elección de representantes. Los votantes tienen poder sobre el orden en que los candidatos son elegidos. Existen múltiples variantes.

Una posibilidad es poder votar por un candidato dentro de una lista o no pronunciarse y votar sólo al grupo elegido. Se puede contemplar que para que estos votos tengan efecto sea necesario que alcance un umbral mínimo.


Un segundo modelo se da cuando existe la obligatoriedad de votar a un candidato, no pudiéndose votar por un grupo concreto.

Otro modelo es aquél en el que se puede hacer tantos votos como puestos a elegir.

Sería posible votar a varios candidatos de diferentes agrupaciones o dar varios votos a un mismo candidato.

La principal ventaja es que parte del poder que ostentan los grupos se traslada en los votantes, por ello es más democrático y transmite fielmente el deseo expreso de las personas. De esta manera al tener que buscar votantes, los candidatos están en la obligación de pronunciarse en aquellos temas controvertidos. Se primaría más la brillantez del candidato que la lealtad al grupo.


En cambio en el sistema actual de listas cerradas, el que un candidato individual asuma posiciones poco populares o incluso el inmovilismo, la desidia, etc. no tiene gran coste electoral. Nos “obligan” a asumir representantes que puede que no se ajusten a nuestras expectativas.

Debemos hacer un trabajo de meditación y contemplar la posibilidad de aplicar esta medida a todos los niveles: Elecciones Generales, Autonómicas, y por qué no, sindicales.