viernes, 30 de julio de 2010

Pensiones: un derecho universal

En el debate del Estado de la Nación de los pasados días 14-15 de Julio de 2010, el presidente del Gobierno y Secretario General del Partido ¿Socialista? ¿¿Obrero?? Español ha vuelto a sucumbir a las presiones y pretende aprobar un paquete de medidas para cambiar el Sistema de Pensiones, siguiendo a pies juntillas las medidas dictadas por los organismos neoliberales internacionales.

Se traduce por ejemplo en incrementar el número de años de cotización e incrementar la edad de jubilación llegando a los 67 años dentro de doce años.

Las justificaciones son las mismas que hace 100 años: el aumento de la esperanza de vida, la reducción de la población activa, etc., a pesar que la historia ha demostrado que son FALACIAS ya que los países crecen enormemente en riqueza y productividad.


También las condiciones demográficas cambian y nunca se han podido hacer estimaciones demográficas rigurosas a unos años vista porque siempre están equivocadas. ¿Qué estudio tuvo en cuenta el factor de la inmigración regulada de hace unos pocos años en España?

Por un momento aceptemos barco como animal acuático y supongamos que el sistema está en crisis, o mejor todavía ¿por qué no cambiarlo a mejor? Siempre nos piden cambios perjudiciales, pero ¿por qué a peor si se puede mejorar?

Al igual que la Sanidad es un derecho que puede hacer uso todos los ciudadanos, el Sistema de Pensiones debe tener la misma naturaleza, ser universal independientemente de la vida laboral y los salarios derivados.

Se trata de una medida muy potente de redistribución de la riqueza. Permitiría a los jubilados vivir con dignidad sin padecer ningún tipo de escasez provocada por su pensión.

Otro aspecto que garantizaría su viabilidad es relacionar su cuantía a la riqueza del país, vinculando su financiación a los Presupuestos Generales del Estado (PGE), pasando a un modelo de prestación 100% no contributivo.

Actualmente el modelo de financiación es mixto. Algo más del 90% de las pensiones son contributivas y sufragadas por los descuentos en nómina de la población activa actual. Es el principal punto de interés para el entorno de la banca que ven un suculento negocio casi virgen del que beneficiarse a costa de todos.


Gracias a sus campañas mediáticas están consiguiendo hacer mella en las percepciones de la población, adulterándola y creando un escenario catastrofista. Lo tienen todo muy estudiado y saben que el miedo y la incertidumbre son sentimientos muy poderosos para controlar a la población.

En caso de aceptar esta atrocidad, demostraremos que estamos preparados de encajar el siguiente golpe que no es otro que la PRIVATIZACIÓN del Sistema de Pensiones. Palabra maldita donde las haya, en entornos donde se pretende mantener y mejorar el estado de bienestar que parece que nos importa cada vez a menos a los ciudadanos.

Quizás ha llegado al fin el momento de modificar la Constitución para reconocer y garantizar el Estado de Bienestar, blindándolo ante los intereses codiciosos de la banca y los especuladores financieros.

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