sábado, 15 de noviembre de 2008

Felicitaciones y expectativas por el cambio de director … y dirección

Como ya todo el mundo sabe, se acaba producir un cambio en la dirección de la fábrica. Bueno, me gustaría. Tan sólo declaro un deseo personal. Queda por ver si va a ser un cambio de dirección o tan sólo un cambio de director y estaría bien comprobar, el grado de conocimiento de la empresa que detenta un anterior integrante del consejo de administración de esta casa.

Esto podrá observarse en función del tiempo que tarde en hacer cosas. Debemos recordar que el director anterior llega a Correos tras sumar a su exitosa carrera, la excelente gestión de esta fábrica.

Digo sí, excelente, pues si bien es verdad que no parece que haya podido profundizar en nuestros problemas endémicos, hay que reconocer que a sus labores propias de embajador y representante debe añadírsele también el haber conseguido que esta institución pase totalmente desapercibida en los entornos políticos y económicos, que nos gobiernan. Esto es todo un éxito y tiene un gran mérito. Yo no sabría cómo ser tan discreto.

Es decir, ha conseguido que no salga mas allá de nuestras gruesas paredes (ni en los papeles, ni por la ex-presión sindical de sus trabajadores) ninguno de los problemas que desde siempre nos aquejan: luchas entre departamentos, envejecimiento y desprofesionalización de la plantilla, pérdida de trabajos, exceso de jerarquización en la estructura (que ya son costes), y la desmotivación y falta de eficacia y eficiencia en sus procesos productivos y administrativos, entre otros.

Y efectivamente, tanto la jubilación como con la formación o el nuevo sistema de valoración, que parecían los puntos angulares que podrían renovar las aspiraciones y esperanzas de la plantilla, continúan bajo mínimos y no puedo menos que preguntarme cuáles serán las motivaciones de este nuevo director y qué se le dejará hacer.

Y no podemos menos que recordar antiguos planteamientos sindicales que solicitaban la creación de una dirección profesionalizada, una dirección que pudiera realizar una planificación estratégica a medio y largo plazo y que fuera capaz de defenderla y realizar un seguimiento de sus objetivos y de su gestión.


Los presidentes electos, los que van y vienen con cada giro político, podrían entonces dedicarse tranquilamente a labores de representación, comerciales o lo que quiera que hagan.

Esto no deja de ser un contrasentido desde una perspectiva de lucha de clases, sin embargo, al final no queda más remedio que reconocer que no somos personas en clases aisladas y que en este barco, trasatlántico, patera o lo que quiera que resulte navegando, debe colaborar todo el mundo según sus posibilidades.

De hecho, nadie se sorprendió en la concentración del día 10 por el mantenimiento de las colaboradoras, de codearse con distintos jefes de taller, técnicos de alta y media cualificación, operarios de taller o jubilados.

Y siendo que somos todos y en el contexto de exigir a cualquiera, operario o mando, que haga su trabajo ¿Seremos capaces de ayudar a este director a visualizar una empresa excelente a todos los niveles? ¿Será capaz de escuchar? o ¿Será otro período gris, que nos deje más viejos y cansados?

Y yo que soy tonto, digo que con los años sigo siendo vergonzosamente ingenuo, le doy un voto de confianza y le deseo suerte y me descubro pensando que en la dirección de esta fábrica podremos participar cada vez más personas.

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