Esta discursión es antigua, pero de solución muy simple, aunque depende de a quién preguntes te contestará, generalmente de manera interesada, cosas totalmente diferentes.
Casi todos lo harán de acorde a su estatus económico-social, o al que creen poseer, y sólo unos pocos lo harán desde una percepción social e independiente.
Impuestos directos. Son más equitativos que los indirectos al pagar en función de los ingresos. Los más pudientes, aquellos que ganan más de 60000 euros, representan menos del 4% de la población, pero generan el 40% de todo lo recaudado.
Un pequeño incremento en su carga impositiva supone un incremento magnificado de ingresos. Asisto perplejo a una campaña de desinformación orquestada por parte de algunos medios afines a ese sector, para justificar no subir la carga impositiva de las rentas más altas.
(El mundo: http://www.elmundo.es/mundodinero/2009/08/21/economia/1250866448.html, libertad digital: http://www.libertaddigital.com/economia/los-tecnicosde-hacienda-proponen-algobierno-que-no-toquenel-irpf-1276368363/)
Ya se están dando los primeros pasos hacia la cordura,gravando a los futbolistas extranjeros en España. Pasarán de tributar un 23% a un 43% más adecuado a tenor de sus ingresos.
Impuestos indirectos. Un ejemplo es el IVA que grava el consumo, pero de la misma manera al que gana 1000 o al de 100.000 cuando compran una barra de pan.
La reordenación de este impuesto favorecerá la redistribución de la riqueza. Aplicando medidas como:
1.- Suprimirlo en productos de 1ª necesidad.
2.- Suprimirlo en compra de vivienda habitual.
3.- Incrementarlo progresivamente en compra de 2ª vivienda y siguientes.
4.- Incrementarlo en los productos de lujo.
5.- Gravar movimientos especulativos.
La sociedad española es la de la picaresca, donde realizamos actos que avergonzarían a casi cualquiera de nuestros vecinos europeos. Hemos pasado, en muy poco tiempo, de ser uno de los países de la cola de Europa a estar entre las 10 potencias mundiales en cuanto a PIB. Pero en otros aspectos seguimos bastante atrasados. Por ello siempre, pero en época de crisis de manera más acuciante, es necesario poner freno al fraude utilizando dos vertientes principales:
1.- Incrementar el nivel de consciencia de la población, desde el hogar, la escuela y los medios. Sólo desde la consciencia se puede abordar este problema.
2.- Aumentar los recursos para perseguir el fraude. El ratio de recursos y recaudación es favorable a todas luces. Además argumentar si una subida se puede llevar a cabo o no, aplicando como criterio la posibilidad de cobro es, como poco, insolidaria y antidemocrática.
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