miércoles, 10 de marzo de 2010

Sindicalismo moderno

Confieso que soy un idealista que cree en las utopías como modelos de referencia de la acción humana. Hace poco me preguntaban qué entendía como sindicalismo moderno. No pude contestar aunque me quedé pensándolo porque era una pregunta muy interesante.

Es mi idea particular, de que mejorando ligeramente pequeños aspectos se consigue una mejora global espectacular, muy superior a la suma de las partes. Esto no quiere decir que se deba renegar del pasado. ¡Eso nunca! Se debe respetar la enorme labor realizada, muchas veces sin apenas medios, que nos han llevado a la actual protección laboral (Estatuto de los Trabajadores, Ley de libertad sindical, XI Convenio, etc.).

Voy a intentar concretar esos pequeños detalles:

1.- Transparencia. La información es poder. La plantilla debe estar siempre informada en tiempo y forma y con más razón cuando ¡hasta se publican las actas del consejo de dirección! Publicar las actas de todas las reuniones del Comité de Empresa sería lo correcto y ya se está empezando a hacer.

2.- Participación. Muchos de los problemas que padecemos son tan complejos que es necesario destinar ingentes cantidades de personas (tiempo y esfuerzo) para conseguir algún tipo de avance.

Se deben articular procedimientos ágiles para permitir y fomentar la participación de los trabajadores. También habrá que buscar métodos para despertar a la plantilla y desperezarla.


3.- Visceralidad y egocentrismo. Se debe separar lo que quiere uno de lo que se debe hacer. ¡En ocasiones hasta coinciden! Pero no siempre es así. El anteponer rencillas viscerales, por la causa que sea, debilita la acción sindical y perjudica la percepción de la plantilla hacia ella.

4.- Grupos de trabajo. Es innegable que se trata de una potentísima y eficiente manera de solucionar problemas, además de posibilitar la participación. La pena es que estén tan infravalorados en la actualidad y en particular en la Fábrica.

5.- Pluralidad. Todas las opiniones merecen el máximo respeto ya que aunque parezcan sinsentidos siempre se puede extraer alguna conclusión, aunque sólo sea tener claro qué es lo que no hay que hacer nunca.

Como ejemplo clarificador podemos tomar la tormenta de ideas (buena herramienta para la resolución de problemas en grupos de trabajo), donde todas las ideas se recogen con el máximo respeto, aunque después no tengan utilidad o sean un galimatías.

6.- Autocrítica constante. Los elementos más críticos Revista de EPS número 1 - 13/18 de la acción sindical deben ser los propios actores y nunca los observadores. Si no es así algo no va bien en el grupo.

7.- Movimiento. La plantilla debe percibir que se están haciendo cosas. No quiero decir que no se estén haciendo, sino que deben de ser visibles.

8.- Protección a todos. No debemos permitir que por no estar afiliado a uno u otro sindicato, un miembro del Comité de Empresa no realice su labor de defensa de los trabajadores. El estatuto del Comité de Empresa no hace distinciones entre afiliados y no afiliados, sólo menciona a los trabajadores. Es una actitud totalmente reprobable y hasta denunciable.


9.- Agilidad. La percepción que se tiene de la acción sindical es de que es excesivamente burocrática y eso a pesar de la escasa participación de la plantilla. Con los sistemas actuales si la plantilla participara realmente sería inviable la toma de decisiones.

10.- Proactividad. Las actuaciones deben de producirse mucho antes de que “la sangre llegue al río” y no ser una mera consecuencia de un hecho aciago.

11. Actitudes parasitarias. En caso de que se produzcan, se deben denunciar públicamente los actos vergonzosos donde algunos sólo se están beneficiando del cargo desempeñado olvidándose de las obligaciones que se contraen al estar en posesión de un puesto de vital importancia para la plantilla.

Con la cantidad de cosas que hacer no se puede permitir el desperdicio de un tiempo destinado para la defensa de los derechos de la plantilla.

El no denunciarlo significa ampararlo, siendo un mero cómplice. Recordemos que existe un procedimiento, llegado el caso extremo, para controlar estas situaciones indeseables.

Está recogido en el Estatuto de los Trabajadores en el artículo 67.3, donde dice textualmente:

“… Solamente podrán ser revocados los delegados de personal y miembros del comité durante su mandato, por decisión de los trabajadores que los hayan elegido, mediante asamblea convocada al efecto a instancia de un tercio, como mínimo, de los electores y por mayoría absoluta de éstos, mediante sufragio personal, libre, directo y secreto. No obstante, esta revocación no podrá efectuarse durante la tramitación de un convenio colectivo, ni replantearse hasta transcurridos, por lo menos, seis meses.”

12.– Cumplimiento de la ley. No basta con un cumplimiento exquisito de la ley, sino de hacerla cumplir, leyes de protección de la salud como la llamada ley antitabaco, que debería llamarse ley por la salud.

Los adictos además de verdugos también son victimas de su adicción, por lo que habrá que tenerlo en cuenta para poder encontrar una solución.

Tampoco se debe olvidar que existen actuaciones de prepotencia aún a sabiendas que se está incumpliendo esa ley. Estas actitudes nefastas deben ser perseguidas.

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